La Soledad del oro

 

Yo me senté y dibujé a alguien en una sala
de espera luego un hombre que esperaba una mujer una mujer 
que esperaba un niño de los niños que esperaban otros niños 
yo dibujé un cuarto ojo oscuro entre las 
tinieblas mirada
¿Solitario que hacer entre lo oscuro?
Yo dibujé un soldado dormido soñando que él no sería un héroe.
¿Qué dibujé de distinto?

 

*


Ella me guía de la mano hacia su voz. Ella canta y empuja los trigos. La estrella de mi alba se esconde tras la espera. Le doy una fiesta con un astro inmenso. El pájaro tarde la cita matinal retrocede. Entre la noche su jadeo se eleva como un mástil. Ella enciende una antorcha en el sueño una antorcha entre el espacio que su escalofrío no se comba en el sueño. Ella me guía de la mano hacia su voz Yo sorprendo sus dientes en su desnudez total. La herida se cava en las primeras horas de la noche, ternura abierta a lontananzas en las que nunca tiempo que pasa encuentra alma que viva. La rosa se abre al rojo primordial y último. Su voz perfume de mediodía. Su voz de un hierro sutil vino a escogerme una muerte. Su noveno mes me consume y la marca que de su paso vendrá.
He encontrado de nuevo en esta mujer
lo que hubo en mí de mujer
mira cuán largo tiempo hace de aquello.

 

*


Mirad cómo este pájaro ardiente de espacio se burla de todos nosotros Y a este cuerpo lapidado que permanece indiferente. Durante mi exilio, el alba vendrá dulcemente a mi balcón a aplacar mi sed. Retorno de errancia ¿si yo susurrase al verdugo que tenga un poco de piedad? ¿Quién deposita, cerca de cada recién nacido, como una bolsa, aquello que será su alma? 
Que las mujeres se vayan muy lejos que muy lejos ellas alumbren y que muy lejos sea la muerte parecida a este pájaro más presto que el sonido.

 

*


Después del rayo la luz 
reúne sus fuerzas.
Tras la tempestad
el bosque cuenta sus árboles. 
Aquellos que vienen sin venir
presagian el viaje.
Aquellos que parten sin partir.

 

*


Sólo
Una estatua
Sabe adónde dirigir
Su paso
Cuando decide
Huir del jardín

 

(Versión: Rafael Patiño,PROMETEO Revista Latinoamericana de Poesía Número 68-69. Junio de 2004)